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Introducción a la Jardinería y Horticultura Terapéutica

28 - 07 - 2023

Introducción a la Jardinería y Horticultura Terapéutica

INVESTIGACIÓN | GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO

Autor: Jorge Marredo Rosa. Psicólogo investigador. Coordinador del área de Gestión del Conocimiento, que presta sus servicios en el Creap a través de Grupo 5 Acción y Gestión Social S.A.U.

Introducción

La jardinería y horticultura terapéutica se presenta como una valiosa opción de intervención no farmacológica para mejorar el bienestar de personas que padecen diversas afecciones. Este tipo de terapia utiliza la interacción con la naturaleza y el cuidado de las plantas para promover mejoras en las esferas física, cognitiva, emocional y social de los individuos.

El contacto directo con la naturaleza, la participación activa en el crecimiento y cuidado de las plantas, y el estímulo sensorial que proporciona el jardín, todo contribuye a una experiencia terapéutica única. Este método, basado en prácticas hortícolas, brinda oportunidades para reducir el estrés, fortalecer la autoestima, desarrollar habilidades vitales y fomentar la inclusión social.

En esta entrada, exploraremos a fondo el fascinante campo de la jardinería y horticultura terapéutica, sus diferentes modalidades, ventajas e inconvenientes, y su papel en la rehabilitación psicosocial.

Jardinería y Horticultura Terapéutica: diferencias con otras terapias no farmacológicas

A diferencia de otras terapias no farmacológicas, la jardinería y horticultura terapéutica proporciona una perspectiva única al poner el foco en la interacción con el entorno natural para promover cambios positivos indirectos. La terapia cognitivo-conductual, por ejemplo, se centra en modificar patrones de pensamiento y comportamiento dañinos.

En contraste, la jardinería terapéutica promueve la mejora de la salud mental de forma más sutil y orgánica, a través de la interacción con las plantas y el entorno natural. La terapia ocupacional, por otro lado, abarca una variedad de actividades destinadas a mejorar la habilidad para realizar actividades de la vida diaria.

Mientras tanto, la jardinería terapéutica enfatiza en el acto de cultivar y cuidar las plantas como medio principal de terapia. Por último, la terapia asistida con animales prioriza la relación humano-animal, mientras que la jardinería terapéutica se centra en la conexión humano-naturaleza.

Orígenes de la Jardinería y Horticultura Terapéutica

La jardinería y horticultura terapéutica tienen una rica historia que se remonta a varios siglos atrás. Durante el siglo XVIII, los jardines en hospitales psiquiátricos servían como espacios terapéuticos donde los pacientes se dedicaban a actividades de jardinería como parte de su tratamiento. En esta época, los beneficios de la interacción con la naturaleza ya eran reconocidos y aplicados en contextos de salud mental.

En el siglo XIX, la práctica de la jardinería terapéutica ganó mayor popularidad y se extendió a otros contextos como cárceles y escuelas. Este crecimiento atestigua el amplio alcance de su aplicabilidad, evidenciando su utilidad en diversas poblaciones y situaciones. No obstante, fue en el siglo XX cuando esta forma de terapia empezó a usarse de manera más sistemática. Los veteranos de guerra y las personas con discapacidades fueron uno de los primeros grupos en beneficiarse de estos programas estructurados de jardinería terapéutica.

En los años recientes, la jardinería y horticultura terapéutica han experimentado un auge gracias a la creciente conciencia sobre la importancia del bienestar mental y emocional, y el deseo de métodos de tratamiento más holísticos, basados en la naturaleza y sin efectos secundarios. Aunque la jardinería y horticultura terapéutica se basan en prácticas ancestrales, su enfoque se ha refinado y adaptado para responder a las necesidades de la sociedad contemporánea.

Modalidades de la Jardinería y Horticultura Terapéutica

La jardinería y horticultura terapéutica son términos amplios que abarcan una variedad de enfoques y técnicas, cada uno con sus propios beneficios y aplicaciones. Entre las modalidades más destacadas encontramos:

  1. Jardinería social: Esta modalidad se realiza en grupos con el fin de promover la inclusión social y el desarrollo de habilidades sociales. La interacción en un entorno natural y relajado puede ayudar a reducir el estrés y mejorar la comunicación y la cooperación.
  2. Horticultura terapéutica: Este enfoque se centra en el cultivo de hortalizas y verduras, promoviendo la responsabilidad, la paciencia y la planificación. El cuidado regular de las plantas puede aportar una sensación de propósito y logro, además de ser una excelente manera de aprender sobre nutrición y autosuficiencia.
  3. Jardinería sensorial: En esta modalidad se utilizan plantas con diferentes texturas, colores y aromas para estimular los sentidos. Puede ser particularmente beneficiosa para personas con problemas cognitivos o emocionales, ofreciendo una forma atractiva y práctica de reforzar habilidades cognitivas como la atención y la memoria.
  4. Jardines curativos: Son espacios diseñados específicamente para promover la tranquilidad y reducir el estrés y la ansiedad a través de la contemplación de la naturaleza. Estos jardines suelen ser lugares estéticamente agradables con áreas de descanso, elementos de agua y una gran diversidad de plantas.
  5. Jardinería receptiva: Se trata de una práctica individual de mindfulness y meditación en el jardín, donde el foco está en el disfrute consciente y la apreciación del entorno natural.  

Cada una de estas modalidades ofrece una experiencia única y valiosa, lo que permite adaptar la jardinería y horticultura terapéutica a las necesidades específicas de cada individuo o grupo. La elección de la modalidad más adecuada puede depender de factores como las habilidades, preferencias, metas terapéuticas y la situación de cada persona.

Ventajas y Desafíos de la Jardinería y Horticultura Terapéutica

La jardinería y horticultura terapéutica presenta una serie de beneficios innegables que la han convertido en una opción atractiva dentro del campo de las terapias no farmacológicas. Entre las ventajas más destacadas, podemos mencionar:

  • Mejora de la concentración: Al realizar tareas específicas como plantar, regar o podar, las personas pueden mejorar su atención y concentración.
  • Disminución de la ansiedad y el estrés: El contacto con la naturaleza y el cuidado de las plantas generan una sensación de relajación y bienestar, ayudando a reducir los niveles de ansiedad y estrés. 
  • Desarrollo de habilidades personales: Cuidar de un jardín implica asumir responsabilidades y desarrollar la paciencia, cualidades valiosas en la vida cotidiana.
  • Incremento de la autoestima: Ver crecer las plantas que se han cuidado genera un sentido de logro y aumenta la autoestima.
  • Fomento de la socialización: Las actividades grupales de jardinería favorecen la interacción social y la inclusión.
  • Mantenimiento físico y motor: La jardinería implica un grado de actividad física que puede ayudar a mantener y mejorar la función motora y la salud general.
  • Estimulación sensorial: Las plantas ofrecen una variedad de texturas, olores y colores que estimulan los sentidos.

Sin embargo, como toda terapia, la jardinería terapéutica también presenta desafíos que deben tenerse en cuenta. Entre estos podemos mencionar:

  • Necesidad de supervisión y apoyo: Para garantizar la seguridad y la correcta ejecución de las actividades, se requiere la supervisión de un profesional capacitado.
  • Posibles alergias: Las personas con alergias graves a ciertas plantas deben tener precaución.
  • Espacios y recursos: No todas las instalaciones cuentan con los espacios o los recursos necesarios para implementar este tipo de terapia.
  • No es inmediato: Los beneficios de la jardinería terapéutica no son inmediatos, requieren constancia y paciencia.

La Jardinería y Horticultura Terapéutica en el Contexto de la Rehabilitación Psicosocial

La jardinería y horticultura terapéutica se alza como un recurso valioso en el campo de la rehabilitación psicosocial, resultando paradójico que siendo especialmente aplicable en este ámbito haya poca investigación al respecto y está suela presentar deficiencias metodológicas. Las actividades de jardinería proporcionan a los participantes un sentido de propósito y logro, contribuyendo a fortalecer su autoestima y autonomía. Además, al ser actividades inherentemente sociales, fomentan las interacciones grupales y mejoran las habilidades de comunicación, factores claves en la reintegración social.

Una característica única de la jardinería y horticultura terapéutica es la conexión directa con la naturaleza. Esta conexión ayuda a las personas a reconectarse con el ritmo natural del mundo, ofreciendo un contrapeso al ritmo a menudo frenético y estresante de la vida moderna. Dicha conexión, como vimos en el caso de los baños de bosque, además de ser innatamente pacífica y tranquilizadora, tiene el potencial de fomentar un sentido de pertenencia y efectos directos sobre el bienestar, un aspecto que puede estar ausente en personas que están luchando con trastornos mentales graves.

Además, la jardinería y horticultura terapéutica pueden actuar como un puente hacia el empleo. Las habilidades adquiridas y perfeccionadas durante las sesiones de terapia pueden ser transferibles al mundo laboral. Es más, la jardinería puede ser vista como un pre-empleo o una actividad de entrenamiento vocacional, ofreciendo a los individuos la oportunidad de demostrar su compromiso y capacidad para el trabajo estructurado.

Otra ventaja es la amplia accesibilidad de la jardinería y horticultura terapéutica. A diferencia de otras terapias, no requiere de una amplia formación ni de costosos recursos. Con una pequeña parcela de tierra y algunas herramientas básicas, los individuos pueden comenzar a interactuar con el medio ambiente de manera beneficiosa.

Por último, cabe mencionar que tal y como hemos expuesto la jardinería y horticultura terapéutica no se limitan a un único enfoque. Es más, debe ser personalizada para satisfacer las necesidades y habilidades de los individuos, lo que la convierte en una herramienta flexible y adaptativa para la rehabilitación psicosocial.

Conclusión

La jardinería y horticultura terapéutica, aunque una sea una intervención no farmacológica conocida desde la antigüedad, actualmente se está volviendo cada vez más popular por su potencial terapéutico. Su capacidad para mejorar aspectos físicos, cognitivos, emocionales y sociales ha conducido a una expansión significativa de su uso en diversos contextos en el trabajo con personas con diversidad funcional o cognitiva y presenta un enorme potencial en el ámbito de la rehabilitación psicosocial.

Como hemos analizado, aunque tiene sus desafíos, como la necesidad de espacio, recursos y supervisión, las ventajas son innegables y poderosas. La creciente adopción de este tipo de terapia en diversos entornos - desde hospitales a centros de rehabilitación - es una clara señal de su potencial. Por lo tanto, la jardinería y horticultura terapéutica representan como valiosas herramientas en el kit de recursos de los profesionales de la salud mental, ofreciendo una alternativa terapéutica no invasiva que mejora la calidad de vida de sus usuarios de forma amena y creativa.

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