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Antidepresivos: usos, abusos y tratamientos alternativos
23 - 06 - 2023
Categorías: Artículos Científicos , Contenidos especializados , Salud Mental
Etiquetas: depresión , enfermedad mental , medicación , ansiedad , divulgación , tratamiento
Antidepresivos: usos, abusos y tratamientos alternativos
INVESTIGACIÓN | GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO
Autor: Jorge Marredo Rosa. Psicólogo investigador. Coordinador del área de Gestión del Conocimiento, que presta sus servicios en el Creap a través de Grupo 5 Acción y Gestión Social S.A.U.
Introducción
La depresión es un trastorno mental que afecta a millones de personas en todo el mundo, y su tratamiento ha sido objeto de intensa investigación y debate. Los antidepresivos, medicamentos diseñados para aliviar los síntomas de la depresión, han demostrado ser herramientas valiosas en este esfuerzo. Sin embargo, como veremos a continuación, su uso y eficacia no están exentos de controversia y malentendidos.
A lo largo de este artículo vamos a ver qué son los Trastornos del Estado de Ánimo, las diferencias de los Antidepresivos con otros tipos psicofármacos, así como un breve repaso a su historia, las cifras de consumo en España, la clasificación actual de este tipo de fármacos, las ventajas e inconvenientes de su uso y las alternativas terapéuticas efectivas que desde la psicología se han desarrollado en los últimos años. Vamos a comenzar por tanto por explicar que son los trastornos del estado de ánimo.
Trastornos del Estado de Ánimo
Los trastornos del estado de ánimo, también conocidos como trastornos afectivos, son un grupo de enfermedades que afectan cómo nos sentimos y pensamos acerca de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Estos trastornos, que incluyen la depresión y el trastorno bipolar, pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida de una persona y su capacidad para funcionar en su vida diaria.
La depresión, el trastorno del estado de ánimo más común, se caracteriza por sentimientos persistentes de tristeza, pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban, cambios en el apetito o el peso, dificultad para dormir o dormir demasiado, falta de energía, sentimientos de inutilidad o culpa, dificultad para concentrarse y pensamientos de muerte o suicidio. La depresión puede ser leve, moderada o grave, y puede durar unas pocas semanas, varios meses o incluso años.
El trastorno bipolar, por otro lado, se caracteriza por cambios extremos en el estado de ánimo, desde la manía (un estado de ánimo elevado, eufórico o irritable) hasta la depresión. Las personas con trastorno bipolar pueden tener períodos de estado de ánimo normal entre los episodios de manía y depresión.
Los trastornos del estado de ánimo pueden ser causados por una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos. Se cree que los cambios en la química cerebral y en la función del sistema nervioso central desempeñan un papel en el desarrollo de estos trastornos. Los factores de estrés ambientales, como los traumas o el estrés significativo, también pueden desencadenar un trastorno del estado de ánimo en personas vulnerables.
El tratamiento para los trastornos del estado de ánimo generalmente implica una combinación de medicación y terapia. Los antidepresivos y los estabilizadores del estado de ánimo son medicamentos comúnmente utilizados para tratar estos trastornos, no obstante, como veremos más adelante, la terapia cognitivo-conductual en sus diferentes versiones ayuda a las personas a cambiar patrones de pensamiento y comportamiento negativos, también puede ser efectiva.
Es importante destacar que los trastornos del estado de ánimo son trastornos reales y tratables. No son simplemente un signo de debilidad o una falla de carácter. Con el tratamiento adecuado, la mayoría de las personas con un trastorno del estado de ánimo pueden llevar una vida saludable y productiva.
Antidepresivos vs Ansiolíticos, Estabilizadores del Estado de Ánimo y Antipsicóticos
Los antidepresivos, como su nombre indica, están destinados a tratar la depresión. Actúan sobre los neurotransmisores en el cerebro, como la serotonina, la norepinefrina y la dopamina, para ayudar a regular el estado de ánimo. Los ansiolíticos, por otro lado, están diseñados para tratar la ansiedad. Aunque ambos tipos de medicamentos pueden afectar a los mismos neurotransmisores, lo hacen de diferentes maneras y con diferentes objetivos.
Los estabilizadores del estado de ánimo, como el litio y el ácido valproico, se utilizan principalmente para tratar el trastorno bipolar. Estos medicamentos ayudan a prevenir los extremos de la manía y la depresión. Aunque algunos antidepresivos pueden ser útiles en el tratamiento del trastorno bipolar, no son la misma clase de medicamento.
Los antipsicóticos se utilizan para tratar trastornos como la esquizofrenia y el trastorno bipolar. Aunque algunos antidepresivos pueden tener propiedades antipsicóticas, los antipsicóticos y los antidepresivos son clases distintas de medicamentos con diferentes mecanismos de acción.
Consumo de Antidepresivos en España
El consumo de antidepresivos en España ha aumentado en las últimas décadas. Según datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), en 2019 se dispensaron más de 47 millones de envases de antidepresivos, un aumento del 20% respecto a 2014. Este aumento puede deberse a varios factores, incluyendo una mayor conciencia y diagnóstico de la depresión, así como a un mayor uso de antidepresivos para tratar una variedad de trastornos, no solo la depresión
Historia de los Antidepresivos
El descubrimiento de los antidepresivos fue en gran parte accidental. En la década de 1950, los investigadores descubrieron que la iproniazida, un medicamento desarrollado para tratar la tuberculosis tenía un efecto elevador del estado de ánimo en las personas. Este descubrimiento llevó al desarrollo de los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), la primera clase de antidepresivos.
Desde entonces, se han desarrollado varias clases de antidepresivos, cada una con su propio mecanismo de acción y perfil de efectos secundarios. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como la fluoxetina y la sertralina, son actualmente los antidepresivos más prescritos debido a su eficacia y perfil de seguridad relativamente bueno.
Clasificación Actual de los Antidepresivos
Los antidepresivos se pueden clasificar en varias categorías, incluyendo:
1. Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS): estos medicamentos, que incluyen la fluoxetina y la sertralina, actúan aumentando los niveles de serotonina en el cerebro.
2. Inhibidores de la Recaptación de Serotonina y Norepinefrina (IRSN): como la venlafaxina y la duloxetina, aumentan los niveles de serotonina y norepinefrina en el cerebro.
3. Antidepresivos Tricíclicos (ATC): como la amitriptilina y la nortriptilina, aumentan los niveles de serotonina y norepinefrina en el cerebro, pero también afectan a otros neurotransmisores. Tienen más efectos secundarios que los ISRS y los IRSN.
4. Inhibidores de la Monoaminooxidasa (IMAO): los IMAO, como la fenelzina y la tranilcipromina, bloquean una enzima que descompone la serotonina, la norepinefrina y la dopamina en el cerebro. Estos medicamentos se utilizan menos a menudo debido a los posibles efectos secundarios y las interacciones con otros medicamentos y alimentos.
Ventajas e Inconvenientes de los Antidepresivos
Los antidepresivos han demostrado ser eficaces en el tratamiento de una variedad de trastornos del estado de ánimo, no solo la depresión. También se utilizan en el tratamiento de trastornos de ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno de estrés postraumático, trastorno de pánico, entre otros. Algunos antidepresivos también pueden ser útiles en el manejo del dolor crónico, como el dolor neuropático y el dolor asociado a la fibromialgia.
Una de las principales ventajas de los antidepresivos es su capacidad para mejorar la calidad de vida de las personas que sufren de estos trastornos. Pueden ayudar a reducir los síntomas de la depresión, como la tristeza persistente, la pérdida de interés en las actividades, los problemas de sueño y la fatiga. Esto puede permitir a las personas retomar sus actividades diarias y mejorar su funcionamiento general.
Además, los antidepresivos modernos, como los ISRS y los IRSN, generalmente tienen menos efectos secundarios que los antidepresivos más antiguos, como los ATC y los IMAO. Esto puede hacer que sean más tolerables para muchas personas.
Como se puede esperar, los antidepresivos también tienen desventajas y de hecho los efectos secundarios pueden ser un problema importante. Estos pueden incluir náuseas, aumento de peso, disminución del deseo sexual, insomnio, fatiga, sequedad de boca y mareos. Algunos de estos efectos secundarios pueden ser temporales y disminuir con el tiempo, pero otros pueden persistir.
Además, no todas las personas responden a los antidepresivos. Algunas personas pueden encontrar que su depresión no mejora con el tratamiento, o puede que tengan que probar varios medicamentos diferentes antes de encontrar uno que funcione para ellos. Esto puede ser un proceso frustrante y desalentador.
También existe el riesgo de que una persona pueda experimentar un episodio de manía o hipomanía si tiene un trastorno bipolar no diagnosticado. Esto puede ser peligroso y requiere atención médica inmediata.
Finalmente, aunque los antidepresivos pueden ser eficaces en el tratamiento de la depresión, no curan la afección y no son una solución a largo plazo. La mayoría de las personas necesitarán continuar con el tratamiento durante un período prolongado, y posiblemente de por vida. Además, detener el tratamiento con antidepresivos puede llevar a síntomas de abstinencia y a un posible rebote de la depresión.
Alternativas a la Intervención Farmacológica. Las Terapias Cognitivo-Conductuales.
La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y la Terapia Interpersonal (TIP) son alternativas efectivas a la intervención farmacológica para el tratamiento de la depresión.
La TCC es una terapia estructurada que ayuda a las personas a identificar y cambiar pensamientos y comportamientos negativos o destructivos que pueden estar contribuyendo a su depresión. La TCC se basa en la idea de que nuestros pensamientos, sentimientos, comportamientos y sensaciones físicas están todos interconectados, y que los pensamientos negativos pueden atraparnos en un círculo vicioso de depresión. La TCC ayuda a las personas a romper este círculo vicioso al enseñarles a desafiar y cambiar sus pensamientos negativos, lo que a su vez puede cambiar la forma en que se sienten y se comportan.
La ACT, por otro lado, no se centra en cambiar los pensamientos negativos, sino en desarrollar una relación diferente con ellos. En lugar de tratar de eliminar o reducir los pensamientos y sentimientos negativos, la ACT enseña a las personas a aceptar y convivir con estos pensamientos y sentimientos, y a no dejar que interfieran con la vida que quieren vivir. La ACT utiliza una variedad de técnicas, incluyendo la atención plena y la clarificación de valores, para ayudar a las personas a vivir de acuerdo con sus valores y metas, incluso en presencia de pensamientos y sentimientos negativos.
La TIP se centra en las relaciones interpersonales y en cómo estas pueden contribuir a la depresión. La TIP ayuda a las personas a identificar patrones problemáticos en sus relaciones que pueden estar contribuyendo a su depresión, y a desarrollar nuevas formas de interactuar con los demás. La TIP puede ser particularmente útil para las personas cuya depresión está estrechamente ligada a sus relaciones interpersonales.
Además de estas terapias, existen otras alternativas a la intervención farmacológica para la depresión. Estas incluyen otras formas de terapia, como la terapia dialéctico comportamental y la terapia de resolución de problemas, así como intervenciones de estilo de vida, como el ejercicio y la dieta.
Es importante recordar que cada persona es única y lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. Por lo tanto, es importante trabajar con un profesional de la salud mental para encontrar el tratamiento que mejor se adapte a las necesidades individuales de cada persona.
Conclusión
Por tanto, los antidepresivos son una herramienta valiosa en el arsenal terapéutico para el tratamiento de la depresión y otros trastornos del estado de ánimo. Sin embargo, su uso debe ser cuidadosamente considerado y personalizado para cada individuo, teniendo en cuenta las ventajas y desventajas de cada tipo de medicamento, así como los posibles efectos secundarios.
Es esencial recordar que los antidepresivos no son una solución mágica ni una cura para la depresión. Aunque pueden ser muy efectivos para aliviar los síntomas de la depresión, no abordan las causas subyacentes de la enfermedad ni los elementos que la mantienen. Por lo tanto, a menudo se utilizan mejor en combinación con otras formas de tratamiento, como la terapia cognitivo-conductual, la terapia de aceptación y compromiso, y la terapia interpersonal.
Además, es importante destacar que la depresión es una enfermedad compleja y multifacética que puede requerir un enfoque de tratamiento multifacético. Esto puede incluir no sólo medicamentos y terapia, sino también cambios en el estilo de vida, como una dieta saludable, ejercicio regular, sueño adecuado y reducción del estrés.
Finalmente, es crucial que cualquier persona que esté luchando con la depresión busque ayuda. Hay muchos recursos disponibles, y nadie tiene que enfrentarse a la depresión solo. Con el tratamiento adecuado, la recuperación es no sólo posible, sino probable.
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