Fotografía de Óscar Pérez con su tesis doctoral en la biblioteca del Creap
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El Creap entrevista a Óscar Pérez, coordinador del área de psicología y musicoterapeuta

11 - 05 - 2023

El Creap entrevista a Óscar Pérez, coordinador del área de psicología del Creap y musicoterapeuta que presta sus servicios a través de Grupo 5 Acción y Gestión Social S.A.U.

ENTREVISTA | MUSICOTERAPIA COMO TRATAMIENTO COMPLEMENTARIO

Autoría: Área de Gestión del Conocimiento.

Óscar Pérez Aguado con su tesis doctoral

Óscar Pérez Aguado es coordinador del área de psicología del Centro de Referencia Estatal de Atención Psicosocial a Personas con Trastorno Mental Grave (Creap) del Imserso en Valencia, que presta sus servicios a través de Grupo 5 Acción y Gestión Social S.A.U. Además, es profesor asociado en el departamento de personalidad, evaluación y tratamiento psicológico de la Universitat de València. Recientemente ha leído su tesis doctoral titulada «Eficacia de un programa de musicoterapia como tratamiento complementario a la intervención psicosocial en la recuperación de la esquizofrenia y otras psicosis». La tesis está disponible en la biblioteca del centro para su consulta.

Desde tu enfoque teórico, ¿qué principios fundamentan tu quehacer como musicoterapeuta?, ¿con qué modelo te identificas más? Por ejemplo, en tu tesis agradeces, entre otros, a Rolando Omar Benenzon, toda una autoridad en la materia. ¿Te consideras, en cierto modo, su discípulo?

La fundamentación teórica de la musicoterapia en global es muy amplia. Recoge todos los principios que fundamentan los efectos beneficiosos de la aplicación de la música a nivel cerebral, fisiológico, etc… añadiendo además principios terapéuticos que los permite instaurar en un contexto de proceso, en interacción con una persona o grupo de personas para alcanzar unos fines específicos. La integración de estos elementos a través de técnicas o métodos musicoterapéuticos amplifican los beneficios de la utilización de la música por sí sola.

El modelo Benenzon es uno de los 5 modelos reconocidos por la Federación Mundial de Musicoterapia en el congreso de 1996. Como profesional formado en el modelo, me siento muy identificado y obviamente me considero un discípulo del profesor, aunque no por eso soy ortodoxo y me permito trabajar desde otras perspectivas. Creo que lo que te ofrece el modelo Benenzon es una claridad ética y de relación fundamental que te acompaña en cualquier aproximación práctica que desarrolles. Formarse en el Modelo, desde mi punto de vista te permite desarrollar un entrenamiento enorme en la comunicación no verbal y en la relación terapéutica. Para mí, el modelo Benenzon, es más que un método, es una filosofía de vida que se puede integrar en el día a día y en cualquier ámbito profesional.

Esto no significa, que cuando aplico la terapia no verbal de manera estricta como experto no me adhiera a la sistematización de sus principios. Las sesiones no verbales desde el modelo Benenzon plantean unos procedimientos muy claros y muy estructurados, para precisamente, aunque parezca una paradoja, permitir la libertad de la persona en su plena expresión.

No obstante, como musicoterapeuta y, también como psicólogo, aunque me mantenga fiel o afín a los principios éticos o relacionales del modelo, me permito partir de una visión integradora de diferentes perspectivas. No se trata de ser ecléctico, integrar es un poco más complicado.

¿En que crees que el modelo se diferencia de otras perspectivas?

Lo que plantea en sí mismo el modelo es abrir canales de comunicación, yo creo que la diferencia fundamental con otras perspectivas es que te permite trabajar con cualquier tipo de persona a pesar de que tenga grandes dificultades a nivel comunicacional. A pesar de que una persona esté afectada por Trastorno del Espectro Autista (TEA), por ejemplo, el modelo abre un montón de posibilidades de comunicación, porque al fin y al cabo se trata de encontrar otras vías para entrar en contacto con la otra persona, para vincularte y alcanzar el cambio. Eso es para mí lo más importante y lo que considero destacable de esta aproximación, abrir canales de comunicación sin la necesidad de forzar la utilización de la palabra hablada.

¿Cómo dirías que se integra la musicoterapia en el tratamiento multidisciplinario de trastornos mentales graves?, ¿qué ventajas crees que tiene la musicoterapia como intervención complementaria a otras terapias en el contexto de la salud mental?, ¿hay algún tipo de coordinación o trabajo en equipo con otros profesionales de la salud mental para lograr una atención integral y coordinada de las personas que reciben la intervención?

El trabajo que persigue el Creap desde hace tiempo es que las actividades sean transversales. Trabajar elementos trasversales te permite, a través de una actividad, estar interviniendo en aspectos que pueden ser un foco o un objetivo de otras áreas. Por ejemplo, mejorar la estabilidad emocional puede ser un objetivo del psicólogo, pero también puedes estar trabajando este aspecto de forma trasversal en cualquier otro tipo de actividad.

En ese sentido considero que la musicoterapia lo que añade es precisamente esa ventaja que destacábamos anteriormente. Es una manera diferente, otra posibilidad de permitir la expresión de la persona, de permitir la regulación personal, la proyección de dificultades desde unas propuestas que a priori pueden parecer lúdicas, y desde un mediador, tan común y gratificante como es la música.

Desde una psicoterapia o un espacio grupal pueden aparecen en sus contenidos temas sensibles, pero, desde mi punto de vista, en un contexto de mayor exposición, donde la persona se puede sentir valorada, comprometida o en dificultad por el hecho de usar la verbalidad. En la musicoterapia, los temas, pueden emerger, por ejemplo, como contenido de una canción o a través de la improvisación, y surgen y se trabajan desde una perspectiva, a mi juicio, más accesible para la persona. La persona no se ve tan expuesta a la dificultad, a una posible visión clínica y además en un contexto de protección y desde un estímulo que ha acompañado de cerca al 95% de las personas en su desarrollo, la música. Es por esa motivación por la que considero que tiene mucha potencia, por su conexión con las emociones, por la capacidad evocadora que tiene la música, por lo accesible que es para todos.

En tu práctica clínica, ¿con qué tipos de problemáticas y diagnósticos utilizas preferentemente la musicoterapia como tratamiento complementario? Por ejemplo, ¿cuadros depresivos, de ansiedad, esquizofrenia, etc? Y, ¿con qué objetivos terapéuticos generales sueles trabajar? Por ejemplo, ¿reducción de síntomas, mejora de la funcionalidad y calidad de vida, fomento de vínculos, etc?

En términos amplios, la musicoterapia se utiliza en todo tipo de pacientes, incluso en "pacientes cotidianos". La música acoge una aproximación multimodal que permite trabajar diferentes objetivos de un gran amplio abanico de dominios o áreas de funcionamiento. En este sentido, puede ser útil para cualquier persona con independencia de tener o no un diagnóstico que sienta la necesidad de, por poner algunos ejemplos, crecer en su desarrollo personal, mejorar el autoconocimiento, la expresión emocional, la interacción con los demás, etc.

Lo importante es negociar con la persona las necesidades y desde ahí trabajar, no ir con el objetivo previo, eso también es un aprendizaje del modelo. De hecho, no trabajo necesariamente con objetivos sino con la persona. Se acoge a la persona, revisando muy mucho, no tener una pre-configuración de lo que necesita. En la interacción con el terapeuta se va descubriendo o co-construyendo lo que la persona en particular necesita.

Las necesidades, frustraciones y deseos aparecen en la sesión y forma parte también del propio proceso. La valoración de la persona o del grupo va más allá del momento previo. Siempre que utilizamos un tratamiento musicoterapéutico la evaluación es continua, van apareciendo temas y se van acogiendo.

Por esta razón, precisamente, no soy muy partidario de hablar de objetivos generales preestablecidos, lo que no es óbice para comentar algunos de los fines que pueden ser comunes en el ámbito de aplicación y que la musicoterapia puede contemplar, como por ejemplo: la reducción del autoestigma; el encontrar nuevos significados de la “enfermedad”; mejorar la interacción con los demás. El hecho de trabajar en grupo te expone a la comunicación con el otro, favorece empatizar, ponernos el lugar del otro, compartir temas personales complejos, activar la capacidad de escucha. Estos aspectos ayudan a generar también la confianza en el otro, reducir el aislamiento y, en definitiva, mejorar la relación intra e interpersonal.

Las herramientas musicoterapeuticas permiten la descarga emocional y la regulación emocional. El grupo además autorregula y los métodos musicoterapeuticos favorecen la identificación, la expresión de emociones, y encontrar nuevos significados.

De manera trasversal también permite estar trabajando atención, indirectamente estás trabajando aspectos de la memoria; memoria de trabajo y memoria musical. Conectar con temas del pasado a través de la música activa la rememoración y la memoria autobiográfica se ve fuertemente implicada. En paralelo esto te puede permitir abordar aspectos del trauma, del duelo, de la ruptura autobiográfica consecuencia de la crisis o el diagnóstico, etc.

Continuará ...

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